NOTA Nº 248
Entre angustias y esperanzas
En esta nueva etapa, CATUPECU MACHU volvió a brindar un formidable concierto el pasado sábado, ante un Auditorio sur colmado. Continuaron con la presentación ”Laberintos entre aristas y dialectos”. Tocaron por espacio de 100 minutos, en donde no faltaron los clásicos.
Sábado 9 de agosto de 2008
¡Cuánta energía!
La prueba de sonido llevó más tiempo de lo previsto, por la tanto, la apertura de puertas se demoró un tiempo prudencial. Pasadas las 20:30hs, el público fue ingresando de manera serena pero constante. Los chicos se iban enterando de que el concierto empezaría a las 22hs, así que los espectadores sabían en que momento tendrían que ir calentando el ambiente. Los cánticos en apoyo a la banda o a GABRIEL RUIZ DIAZ iban tomando más fuerza a medida que la hora se iba acercando.
Diez minutos después de lo pactado se apagaron las luces y el local entró en estado de ebullición. CATUPECU MACHU ya estaba en escena, y sin emitir una palabra comenzaron con un instrumental, que sirvió para ajustar los últimos detalles. A continuación le pegaron ”Y lo que quiero es que pises sin el suelo”, que incluye uno de los riffs más importantes de la época reciente del rock nacional. La masa se enloqueció de tal manera que hasta el más indiferente tuvo que acoplarse al resto.
Mientras los acordes de "Preludio al filo en el umbral” estaban sonando, FERNANDO RUIZ DIAZ (voz y guitarra) se dirigió a sus fans por primera vez con un simple ”Buenas noches”. Todo el mundo estaba entregado ante un sonido impecable y sin fisuras. Tras ”Plan B: anhelo de satisfacción”, de MASSACRE, y ”Perfectos cromosomas”, las caras de placer se multiplicaban en cada uno de los asistentes. Sin embargo, las voces del público eran tan enérgicas que tapaban por momentos el audio.
Siempre existió una buena relación con ABRIL SOSA (ex baterista, actual voz de CUENTOS BORGEANOS). Para fortificar esta amistad tocaron una parte de ”Mírame”, de la banda de SOSA. Siguieron con ”En los sueños” y ”Foto en blanco y negro”. La escenografía por su parte, no tuvo la excelencia de los conciertos del Teatro opera, en junio pasado, aunque como sostén de los teclados se podía observar una maqueta de aquello.
Pocos como él
FERNANDO nos recordó la primera vez que tocaron por esa localidad en el desaparecido ”El Borde”, y dio las gracias por poder seguir disfrutando de la música y de sus fans. Después, un instante acústico se adueñó del ambiente. ”Viaje del miedo” y ”Batalla” fueron las melodías que sonaron para este segmento.
A pesar que el disco doble que editaron el año pasado, ”Laberintos entre aristas y dialectos”, tiene solo tres temas nuevos, les sirvió para mantener al grupo en cuanto a cartel y prestigio. La vuelta de tuerca a las viejas melodías es otro punto a destacar. Antes entre FERNANDO Y GABRIEL se repartían el centro de las miradas, pero tras lo ocurrido, el más grande de los RUIZ DIAZ es el que lleva adelante esta responsabilidad.
El ángel de un músico es un don natural. Por más ensayo o práctica que haya, no va a resultar si no tiene esa luz especial. FERNANDO cuenta con ese don y lo sabe explotar bien. Además, lo ayudó con grandes canciones, una voz potente y cálida y unos arreglos siempre certeros. Durante ”Entero o a pedazos”, ”Cuadros dentro de cuadros” y ”Hay casi un metro al agua” sacó a relucir su carisma. Su manera de interpretar y trasmitir pega en lo más profundo.
Otra cosa que diferencia a CATUPECU MACHU de otras bandas es el respeto que consiguió de todas las tribus rockeras existentes. Sabemos que esto es algo muy difícil de lograr, sobre todo en este país. En la variedad de su público, tanto de edad como de diferentes palos, se aprecia esta aprobación global. Tras otro instrumental le pegaron tres canciones de su último disco de estudio, ”El número imperfecto”: ”Magia veneno”, ”Acaba el fin” y ”Muéstrame los dientes”.
Entérense, ¡es de ustedes!
“Si no lo hubiéramos compuesto nosotros me hubiera querido matar, porque es la única canción del rock nacional que me produce esta adrenalina”, dijo FERNANDO sobre el tema ”Dale!”. Y subrayó vehementemente: “pero la hicimos nosotros”. El delirio que provocó en la masa fue total. Al final, el grito de “Dale!” era reemplazado por el de “Gaby”. También hubo tiempo para algunas estrofas de ”Eso vive”.
Al momento de la presentación de los otros tres integrantes, el aplausómetro respetó la antigüedad de cada uno de ellos. A JAVIER HERRLEIN (batería) le siguió MARTÍN ‘MACABRE’ GONZÁLEZ (teclado y sintetizadores) y, por último, el incorporado en septiembre de 2007, SEBASTIÁN CÁCERES (bajo). Sin embargo, la mención de GABY superó a cualquier otro. Qué decir de la reacción de la gente cuando sonó un clásico de la talla de ”A veces vuelvo”.
El final llegó con ”Origen extremo”, en donde el señor RUIZ DIAZ (sin guitarra) se estuvo moviendo de un lado a otro, con esa energía única que solo él puede transmitir. Tal como había sucedido al principio del show, cuando nos daban la bienvenida, ahora los papelitos nos despedían hasta una próxima presentación de los CATUPECU MACHU. Bajo esa bruma y ya con las luces encendidas, un auditorio colmado saludaba y aclamaba a sus músicos.
Desde sus inicios, CATUPECU MACHU tuvo la virtud de ir renovándose disco tras disco. Nunca repitió una fórmula exitosa por el solo hecho de mantener una popularidad. Siempre apuntó a más, tratando de buscar nuevas metas y no dejarse llevarse por el momento. Tras lo sucedido con GABRIEL, la banda volvió a incursionar sobre ámbitos desconocidos, en este caso, algo mucho más experimental, en donde la emoción y la pasión se fusionan de una manera genial. El sábado dieron una clara muestra de ello. Este CATUPECU versión 2008 no deja de sorprendernos.
Daniel Grosso
Redacción de El Acople.
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